A los que creen que al nacer todos somos iguales,
A esos que fueron espermatozoides enérgicos y veloces de sus grupos,
A esos que fueron combinaciones favorecidas, afortunadas selecciones de genes,
A esos que tuvieron gramos de peso adecuados,
A esos que fueron minúsculas anatomías vitales consecuencia de una alimentación saludable,
A esas familias acomodadas en menor o menor medida,
A esos que consiguieron prosperar,
Yo les digo; no, no todos somos iguales, tras los perfectos y pequeños lienzos en blanco con mil posibilidades, hay miles de telas rotas, enterradas antes de su primer trazo.